NEGRA CARGA. DURO OFICIO
Agosto 1999
Texto y Fotos: Alberto Puerta
Transporte de carbón con Pío Suárez.
Si el trabajo de la mina es de los más duros y peligrosos que existen, el transporte no le va a la zaga y a su elevada siniestralidad hay que unir las jornadas agotadoras que en aras a una calidad del servicio se extiende hasta los fines de semana, poniendo de manifiesto que la sociedad puede contar con los profesionales de la ruta.

El combustible que queman en las calderas de vapor de las centrales térmicas del norte de la Península proviene de las minas asturianas y castellanas, pero también y cada vez en mayor proporción, de la importación. El precio de este carbón es cinco o seis veces mas barato que el nacional, razón por la que su demanda va día a día en aumento.
Desembarcado en el puerto gijonés de El Musel, el carbón de Sudáfrica llega en buques de 150.000 toneladas hasta las instalaciones portuarias. Y desde aquí es expedido, vía carretera, a las numerosas centrales térmicas extendidas por la zona norteña.



El largo camino del carbón.
Nuestros protagonistas, el transportista leonés Pío Suárez y sus hombres, afrontaron la dura tarea de colocar 2.000 toneladas de negro mineral durante un fin de semana desde la empresa comercializadora Carbones García Munté S.A. hasta la térmica de La Robla (hoy tristemente desaparecida). Problemas de abastecimiento y programación de consumo de la central dieron al traste con el descanso semanal de los hombres de Pío Suárez y provocaron algún que otro cabreo y juramento en voz baja, pero ahí estaban todos como un solo hombre. El jefe por supuesto estaba también en el puente de mando.
Hace tan solo cinco años la flota de Suárez era de siete camiones. Pero en la actualidad cuenta con dieciocho Volvos y un Pegaso cuatro ejes Tecno que es la reliquia de la empresa y de la que Pío parece no querer desprenderse nunca. “Le tengo un cariño especial al viejo “cuatro patas” y la verdad es que está dando el callo como los Volvo”, nos comenta mientras le dedica una cariñosa mirada al más veterano de la flota.
Si los tractores de la marca sueca, entre los que ha incorporado recientemente dos Volvo FM 12 de 420 CV, que aportan su capacidad de arrastre en las mejores condiciones, las plataformas son de auténtico lujo para estos trabajos de basculante. La materia prima en su construcción es el aluminio. Caja de carga, chasis y hasta las llantas son de aleación ligera en aras a una tara más favorable. Todas las unidades de Suárez pueden cargar 25 toneladas sin pasarse de las 40 Tm reglamentarias. Aunque la mayoría son de basculante hidráulico también cuenta con varios semirremolques de gran longitud y piso móvil que sustituye con algunos reparos al basculante cuando de graneles se trata.



Sábado de madrugada.
La jornada sabatina comienza temprano y los quince camiones adjudicados al servicio van llegando espaciados a los almacenes de la empresa cargadora. El primero en tarar su Volvo FH 12 y ponerse debajo de la gigantesca pala cargadora es Javier García, cariñosamente apodado por sus compañeros como “El Niño”. A sus veintitrés primaveras ha elegido el transporte como profesión y ya cuenta con un año de experiencia con Pío Suárez.
Cada “cucharada” de la pala son varias toneladas de carbón que pasan de la pila a la caja. Una vez cargado al completo es necesario enfundarse el “mono” de faena, calzar las botas de goma y ejercer de torero equilibrista para extender la lona de red caminando por encima del carbón. Esta red o la lona son obligatorias para no levantar polvo o partículas que molesten al resto de los usuarios. La “papela” por no llevar la red puede alcanzar las 250.000 pesetas si los chicos de verde, apodados también “los puntitos” te pillan sin ella.
Este sábado el calor es sofocante. El sol pega con fuerza en una tierra donde es más frecuente ver la niebla y la lluvia que un sol radiante y ardiente. Después de prepara el camión es muy conveniente pasar por el bidón de agua para quitarse el polvo de encima y refrescarse antes de ponerse al volante.
Concluida la faena, Javier se pone al volante de su FH 12, en cuyo interior luce una gran bandera del Barça. “Soy un gran aficionado del Barcelona y tengo a gala llevar su bandera en mi cabina”, nos comenta El Niño, es el mejor equipo del mundo”.
Cuando el último de “los Suárez” estuvo listo para revista emprendido en convoy la ruta de Castilla con parada de reagrupamiento en Pola de Lena. Era todo un espectáculo ver los quince camiones alineados como si de una brigada verde se tratara.
Caravana verde por Pajares.
No puedo recordar con precisión en treinta años de transporte desde Asturias cuantas veces habré subido y bajado el Puerto de Pajares. Sin embargo, era la primera vez que podía observar quince Volvos verde metalizado escalando las duras rampas de la Cordillera Cantábrica, uno detrás de otro como una gigantesca oruga procesionaria. Sabiamente espaciados para permitir el adelantamiento de los turismos, los chicos de Pío dieron leña a sus motores para acortar la distancia que nos separaba de las gratificantes viandas que nos esperaban en Casa Ezequiel de Villamanín.
Pese a lo bonancible del día Pajares sigue siendo esa cota entre mítica y temida cuya extrema dureza con sus rampas de 17 y 15 % de desnivel, es una piedra de toque para las mecánicas y para la habilidad de los choferes. Nuestros amigos lo transitan dos o tres veces al día cuando baja a Asturias a por el negro carbón.



Comiendo que es gerundio.
Las manecillas del reloj marcaban las cuatro de la tarde cuando la caravana de mastodontes tomó al asalto el parking del restaurante. Algunos clientes salieron a la puerta al sentir el estruendo de los quince motores con sus 6.300 CV buscando el descanso del fatigoso Puerto de Pajares.
El jefe Pío Suárez quiso hacerse “perdonar” a sus hombres por un fin de semana de castigo al volante y siguiendo la tradición femenina de que “a un hombre se le conquista por el estómago”, no reparó en gastos a la hora de agasajar a sus chicos.
Tenedor en mano y con los camiones bien aparcados, la comida se prolongó hasta las siete de la tarde, sin prejuicios para la descarga. La térmica de La Roba está en servicio 24 horas y la maniobra de descarga dura el tiempo que se tarda en levantar el basculante. El sábado había pasado en una jornada con Transporte Mundial, en la que se conjugaron el trabajo bien hecho y la responsabilidad del servicio encomendado con una no menos buena, distendida y dicharachera comida, en la cual contó sus historias, anécdotas y chistes, bien acompañados de las carnes y los platos leoneses.
SAGA DE TRANSPORTISTAS

La familia Suárez Arias, Pío es el mayor de siete hermanos, está ligada al transporte por carretera desde los lejanos tiempos en los que su padre regentaba una sierra y un molino de harina en Azadón de la Ribera, León. Muy joven y sin carnet de conducir todavía, Pío se ponía a los mandos de un Dodge “Carnero” rescatado de la Guerra Civil para llevar madera y harina a la capital leonesa.
Pío fue el encargado de ir enseñando la profesión a los que venían detrás hasta que cada uno fue volando por sí mismo, creando una saga de transportistas muy conocida y respetada tanto en Castilla como en el Principado, plaza de sus frecuentes tráficos por la proximidad regional.
Al amparo de las coyunturas favorables Pío Suárez fue creando su propia flota y en la actualidad cuenta con dieciocho Volvos y un Pegaso Tecno.
La elección de la marca sueca para su empresa vino determinada en parte por los excelentes resultados que su primer F 12.385 le dio. “Confío plenamente en este fabricante -nos explica Pío- entre otras cosas porque tiene una calidad contrastada y un buen servicio posventa”.
Duro de pelar este leonés recio y de palabras justas es sin lugar a dudas un hombre hecho a sí mismo al que sus choferes aprecian, más que como un jefe, como un amigo. El es el primero en dar el callo y cuando exige algún extra también sabe recompensarlo como en esta ocasión.
LOS PROTAGONISTAS

De Puente Castro, es el benjamín de Transportes Suárez y todos lol cuidan como tal. Hace ruta nacional y Francia y su corta experiencia se compensa con un alto grado de responsabilidad. “Tengo que agradecer a mi jefe la confianza que ha depositado en mi. No es fácil para un novato conseguir una plaza de chofer de largo recorrido”

Es el contrapunto de Javier por su dilatada experiencia. Lleva 22 años de chofer y ocho con Suárez, aunque como el mismo reconoce. “Yo soy como de casa. Entro y salgo: Hoy estoy con Pío y mañana me voy para retornar al día siguiente”.

Tiene el apodo más duro de todo el colectivo por su carácter. “Esto es muy duro y sacrificado. Prueba de ello aquí nos tienes trabajando el sábado y lo que haga falta”
César Ibáñez (derecha)
Su mote es irreproducible por su implicación. Mejor obviarlo. Es de los más veteranos en la empresa ya que cuenta con veintitrés años de profesión, los tres últimos con Pío Suárez.

Casi nadie le conoce por su verdadero nombre. Para todos los colegas de la ruta es simplemente “El Chino”, sin más. Con 52 años y treinta de profesión, El Chino ha estrenado un FM 12 del que se siente muy satisfecho. “Es una máquina que tira como un demonio. La única pega es la litera que es un poco pequeña”. Me comenta jovial-

Es el más veterano del grupo en la profesión y lleva con Pío Suárez más de veintitrés años. La confianza del jefe le autoriza a estrenar el segundo Volvo FM 12 420.
Ya lo dije en su día cuando se publicó el reportaje:
El hecho de que una empresa tenga empleados con una antigüedad de 15, 20 ó mas años habla muy bien de esa empresa.
El reportaje estuvo sensacional como siempre además de gustarme mucho por el hecho de ver los paisajes de mi Asturias especialmente el Puerto de Pajares que es el puerto más duro e icónico de nuestra red de carreteras que siempre ha generado en los profesionales del transporte, especialmente asturianos y leoneses, una relación de desafío, temor y cariño con «El Puerto».
Desafío porque cada vez que lo «coronábamos» era la confirmación de que «todo estaba» bien y podríamos hacer el viaje sin problemas.
Temor porque siempre estaba la posibilidad de que si algún componente venía «tocado» allí seguro que «cascaba».
Y cariño porque sobre todos alguna los que «ya tenemos una edad» podemos decir que «nos salieron los dientes» subiendo y bajando «El Puerto».
Evidentemente volver a leer este reportaje cuando ya voy camino de diez años «en la reserva» me ha producido una gran nostalgia.
Gracias por tu cometario Bambi….. viniendo de tí es todo un orgullo
Un reportaje muy bonito, tiempos pasados, hoy ya no hay carbón que transportar ni térmicas que alimentar …los veteranos van desapareciendo poco a poco y los que éramos unos chavales soñando con llevar uno igual hoy peinamos canas
Gracias Iñaki. Tu eres un buen heredero de aquella casta de choferones.
Lo leí en su día y me encantó que reportajes tan guapos y yo como tonto venga a ver los volvos y imaginando llegar a conducir un camión algún día
Y por aquí andamos dando guerra en el oficio en contra del “jefe” claro está ya van para 25 años….
Que tiempos… madre mía como pasa el tiempo. Eran señores de los pies a la cabeza.
Cierto que la profesión ha perdido aquel encanto y camaradería. Pero son los tiempos que nos toca vivir. Recordarlo de vez en cuando siempre está bien
Gracias Iñaki. Tu lo has «mamado» desde guaje de manos de tu Aita. Otro grande del transporte
UN REPORTAJE PRECIOSO ALBERTO👏👏👏
Muchas gracias por tu valoración amigo