ESTUVIMOS EN LA GUERRA DE LOS BALCANES

ESTUVIMOS EN LA GUERRA DE LOS BALCANES

Noviembre de 1992

Texto y fotos: Alberto Puerta

CONVOY DE AYUDA HUMANITARIA CON CRUZ ROJA ESPAÑOLA

Estoy enseñando a mis hijos a odiar a los serbios”. Con esta frase de lapidaria y cruda rudeza, surgida de los labios de una refugiada bosnio-musulmana en Croacia, al tiempo de recibir su paquete de ayuda de la Cruz Roja Española, se puede sintetizar la alucinante experiencia vivida por un grupo de periodistas de las revistas especializadas de transportes, encargados de llevar hasta Zagreb un convoy con ayuda humanitaria.

A instancias de Volvo V.I. y con la colaboración de Cruz Roja Española, se organizaba el pasado mes de noviembre un convoy con ayuda humanitaria con destino a Zagreb, capital de Croacia. La originalidad de este convoy residió en los conductores de los camiones que lo formaban. Para pilotar esta caravana Volvo eligió a seis responsables técnicos de las revistas del sector. Y como no, MUNDO CAMIÓN estaba entre ellas. Dos conductores en cada camión. Por mi parte he tenido la satisfacción de compartir trabajo y cabina con Manuel Santos, piloto del Europeo de Camiones de Carreras y responsable de pruebas de nuestra revista hermana Transporte Mundial.

El reparto de funciones fue muy simple. Volvo V.I puso los medios necesarios, camiones semirremolques y coches de apoyo y la Cruz Roja las mercancías a transportar. Alimentos, medicinas, ropas, enseres, etc fueron cargados en tres semirremolques cedidos gentilmente por Montenegro. Lógicamente las gabarras llevaban el logotipo de la marca, circunstancia que motivó la desconfianza de algunos componentes de convoy, al ser Montenegro una de las repúblicas secesionistas de la antigua Yugoslavia. Al final no ocurrió ningún incidente por este motivo, salvo el de que un guardia fronterizo esloveno nos preguntara por ello, franqueándonos el paso tras la correspondiente aclaración.

Probadores de las revistas con Carmen Mestre (Cruz Roja) y José Costas (Volvo V.i.)
Los camiones del ACNUR (ONU) fueron los encargados de repartir nuestras mercancías entre los refugiados.
Preparando la emisora CB para comunicarnos en el canal 19

Sinceridad obliga y este transporte no ha representado ninguna dificultad extra que no sufra cualquier profesional cuando deja atrás las fronteras de nuestra querida España. Muchos kilómetros y muchas fronteras a atravesar con sus correspondientes trámites, aunque la verdad es que fue la de Coslada la que más tiempo nos ocupó para diligenciar el cuaderno TIR. Seis horas de espera fue nuestro particular castigo. En el resto de los países, con los camiones perfectamente identificados y los “papeles” en regla, los trámites aduaneros se solventaron con agilidad.

Pese a su larga vida operativa los F12.385 procedentes de Ttes Carrión dieron la talla, como no podía ser de otra manera.
El futbolista del Real Madrid Robert Prosinecki, de nacionalidad croata, quiso venir a despedirnos antes de iniciar el viaje hacia su país
Antes de la partida fue importante pegar los carteles que indicaban al resto de los usuarios nuestra misión solidaria.

Mas de veinte años dedicado a esta bendita profesión te dan la estúpida arrogancia de creer haberlo visto todo y de conocerlo todo. Craso error. Ninguno en el convoy nos podíamos imaginar la miseria, la desolación y el drama humano que nos esperaban al otro lado de la frontera italo-eslovena de Trieste, y eso que Eslovenia, que hace frontera con la Vieja Europa, no conoce en este momento la crueldad de la guerra civil y disfruta de un alto nivel de vida, nada parecido al que vimos más al sur.

Dantesco es el adjetivo que mejor define las condiciones de vida de los refugiados bosnios en el campo de Karlovac. Un total de 2.300 fantasmas sin personalidad, sin futuro y lo más terrible, sin esperanza de un mañana mejor. Los desplazados musulmanes viven apiñados en un viejos cuarteles austro-húngaros de finales del siglo XIX, habilitados a la carrera por Cruz Roja Internacional para dar acogida a estos desheredados de la fortuna. Las condiciones de higiene, salubridad y habitabilidad distan mucho del cálido confort de nuestros hogares, más sin este precario refugio muchos ya habrían muerto de hambre y de frío.

Como colofón quiero expresar mi total solidaridad con este pueblo que sufre y se desangra y recoger la invitación de nuestra anfitriona musulmana, cuando con lágrimas en los ojos nos expresaba el siguiente deseo: “Quisiera verlos de nuevo en mi casa de Kozarac, en Bosnia e invitarles a un buen y fuerte desayuno bosnio”. Ojalá que así sea. Volvería encantado.

                                 D I A R I O D E R U T A

Día 16-11-1992

10,30 h. El convoy sale del madrileño paseo de Camoens. Nos despiden la presidente de Cruz Roja, Carmen Mestre, el presidente de Volvo José Costas y varios deportistas croatas, entre ellos el jugador del Real Madrid, Robert Prosinecki.
         
23,15 h. Después de seis horas en la aduna de Coslada para sellar el TIR llegamos al área de servicio de Lérida donde hacemos noche. Uno de los camiones se retrasa por avería en las luces del semirremolque.

Día 17-11-1992

08,00 h. Nos ponemos en marcha en noche cerrada y arribamos La Junquera.

12,05 h. Entregamos los papeles en la aduana de La Junquera. Al paso por el área del Llobregat se nos unen dos miembros catalanes de la expedición. Todos los miembros del convoy no reunimos para acordar la estrategia a seguir. Acordamos llegar el día 18-11 miércoles por la tarde a Zagreb, lo que significa “tirar” toda la noche.

19,30 h. Turnándonos al volante con una periodicidad de cuatro horas más o menos y acompañados por un coche de apoyo, llegamos los primeros a la frontera italiana de Ventimiglia. Decidimos esperar por el resto del convoy cenando en una “trattoria”.

Día 18-11-1992

08,30 h. Conseguimos el objetivo de llegar a primera hora a la frontera de Trieste-Fernetti, línea divisoria entre Italia y Eslovenia. Viejos y destartalados camiones rusos, turcos, húngaros y de la Europa del Oriental se amontonan durante días a la espera de la tramitación de sus papeles. Circular bajo la bandera de Cruz Roja nos abre puertas y en un par de horas despachamos en la frontera de Italia.

10,30 h. Problemas aduaneros en Eslovenia. El carabiniere italiano se quedó indebidamente con una copia del cuaderno TIR y gracias a la compresión del guarda esloveno se arregla la situación. Tratamos de compensarle con la típica propina, tan al uso en otras fronteras y nos es rechazada cortésmente. Otra vez la naturaleza de la carga facilita las cosas.

 17,30 h. Un mísero puesto fronterizo separa Eslovenia de Croacia. Es noche cerrada y el ambiente tétrico. Aquí se nos inspecciona la carga y el interior de la cabina y un guarda esloveno rebusca en nuestro equipaje buscando unas armas que no existen. Tras cerciorarse de nuestra inocencia chamuya dos palabras en español “Real Madrid”, mientras Manolo y yo no podemos contener la risa. Al otro lado del puente que sirve como frontera nos espera el delegado de la Cruz Roja croata que ejercerá de intérprete y de cicerone.

20,30 h. Sin más complicaciones el convoy llega a Zagreb. Aparcamos cerca del almacén
receptor de Cruz Roja. Toda la ayuda humanitaria es recepcionada en este almacén para ser
luego distribuida a los distintos campos de refugiados por los camiones del ACNUR.

Rendimos viaje sin novedad en los almacenes de Cruz Roja Internacional en Zagreb. Al día siguiente procedimos a la descarga.
Día 19-11-1992

14,30 h. Después de haber descargado los camiones visitamos el campo de refugiados musulmanes de Karlovac, a tan solo 5 kilómetros del frente de combate. El espectáculo es alucinante. El hacinamiento, la falta de higiene y las privaciones de esta pobre gente impresionan vivamente a todos. A estas miserias hay que sumar su incierto fututo, la práctica imposibilidad de volver a su tierra y el recuerdo de sus familiares y amigos masacrados por los serbios.

Día 20-11-1992

09,00 h. Hoy visitamos otro campo de desplazados en Gorica. A diferencia de los refugiados musulmanes de Karlovac, que serán expulsados de Croacia a la primera oportunidad, estos desplazados son croatas que habitaban en zonas de mayoría serbia. En este campo conversamos con un antiguo soldado croata que cuando vió como se ponían las cosas viajó a Hungría para comprar un rifle Kalashnikov con el que defender a su familia.

13,00 h. El delegado croata de la Cruz Roja nos lleva a la mezquita de Zagreb. Aquí vuelven a dispararse las miserias humanas. Hoy es día de oración para los musulmanes y los que no quieren ser reconocidos y para evitar su deportación buscan algún familiar o conocido que les brinde acogida. Las mujeres, los niños y los ancianos se amontonan en los bajos de la mezquita, en un lecho de palets cubiertos por mantas. El hedor es insoportable, siento ganas de vomitar. La falta de una higiene básica y la aglomeración humana dan a la estancia un tono surrealista de película de terror. Retornamos al hotel y tras quince días sin fumar, lo primero que hice al llegar fue comprar un paquete de Winston y ponerme a echar humo como un poseso. Eran muchas y duras las sensaciones vividas.

Día 21-11-1992

09,15 h. El sueño fue inquieto, con sobresaltos. Las imágenes de estos días iban y venían en un tétrico carrusel de miedos y temores. Hemos recogido los camiones y tras haber calentado los motores ponemos al fin rumbo a casa en medio de una niebla lechosa e impenetrable. La visión se reducía a unas decenas de metros y el convoy abandona Zagreb defensa con trasera para no perdernos.

13,35 h. Salimos de la antigua Yugoslavia con el corazón encogido. En la frontera de Fernetti ha sido preciso utilizar la ley del más fuerte para poder salir rápidamente de este infierno con los camiones vacíos. Atrás queda una experiencia que ninguno de nosotros olvidará fácilmente. A día de hoy la sigo teniendo muy presente en mi recuerdo.

Mapa de la antigua Yugoslavia con las diferentes repúblicas que formaban un país en total descomposición en 1991.

             EL LABERINTO YUGOSLAVO

          Para comprender la realidad de esta cruda guerra civil que desde hace dos años asola la antigua Yugoslavia es preciso remontarse en la historia y analizar la compleja amalgama de razas, etnias y religiones unidas artificialmente por decisiones políticas, que se aprietan en un territorio que en conjunto es la mitad que España. La muerte del dictador Tito en 1980, la caída del muro de Berlín y el hundimiento de la Unión Soviética y el posterior desmembramiento del bloque comunista, junto al reconocimiento unilateral alemán en 1991 de la independencia de Eslovenia y Croacia, han exaltado el nacionalismo de Serbia, cuyos dirigentes han puesto en marcha una política expansionista tomando al asalto el territorio de Bosnia-Herzegovina, república de mayorías étnicas musulmano-croatas, pero que cuenta con un 33% de población de etnia serbia.

          Aunque en este momento pudiera parecer que Serbia es el malo de la película no hay que olvidar que los primeros combates de esta guerra civil se libraron en Krajina, región croata habitada por una minoría de serbios y que por una decisión del gobierno de Zagreb vieron suprimidos todos sus derechos y garantías constitucionales. Después, la policía croata reprimió sangrientamente a los serbios que reclamaban su autonomía en Krajina, dando la justificación que necesitaba el ejército federal, de mayoría serbia, para actuar en defensa de su etnia, Y en esas estamos a día de hoy (1993)

Todo el grupo en la foto para el recuerdo del fin de viaje sin ninguna novedad
Grupo de niños desplazados en el campo de Gorica jugando despreocupados del drama que ocurre a su alrededor.
Refugiada bosnio-musulmana que nos obsequió con la frase lapidaria del principio y que nos invitó a su casa cuando acabe el conflicto. Encantados volveríamos.
Las revistas Mundo Camión y Transporte Mundial compartieron un camión con sus probadores al volante, Manuel Santos y un servidor.

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