“IN MEMORIAM” DE POLDO….LA LUCHA POR LA SUPERVIVENCIA

Febrero de 1.996

“IN MEMORIAM” DE POLDO….LA LUCHA POR LA SUPERVIVENCIA

Hacer transporte internacional nunca ha sido tarea fácil y menos para los autónomos. A pesar de la Unión Europea y la consiguiente liberalización de autorizaciones, cruzar nuestras fronteras sigue siendo una aventura digna de contarse. Nosotros lo hemos querido hacer, y para ello hemos convivido doce días con Poldo, un transportista autónomo asturiano que se gana la vida lejos de casa.

Con la entrada de nuestro país en la CE el 1 de Enero de 1.986 que supuso la caída efectiva de los regímenes arancelarios y aduaneros, el transporte internacional de mercancías ha sufrido una “liberalización” de hecho, potenciada por la libre circulación de productos entre los países miembros de la Comunidad. En este singular proceso han tenido y tienen su innegable cuota de protagonismo los transportistas autónomos.

Hasta Diciembre de 1.991 las autorizaciones y permisos de transporte internacional, asi como el acceso al régimen TIR, estaban en manos de un privilegiado grupo de agencias, transportistas y transitarios, que ejercían sobre la gran masa del transporte una especie de pequeño monopolio, que obligaba a los autopatronos a plegarse a una inconfesable servidumbre.

El desbloqueo de contingentación de autorizaciones y la capacitación internacional de los autónomos, con la consiguiente licencia comunitaria, han posibilitado que ese colectivo tenga ahora vías de acceso directo a gestionar sus propios viajes fuera de nuestras fronteras, ampliando de esta forma sus mermadas expectativas de trabajo interior. Sin embargo, la plena autonomía de este colectivo está bastante lejos de ser un hecho real.

Con mas de veinte años de profesión, Poldo es un veterano autopatrono que hace transporte internacional de fruta desde Almería al resto de Europa.

NUEVOS HORIZONTES

 Por otra parte, la galopante desertización industrial que ha tenido lugar en el norte de la península, ha empujado a muchos transportistas a buscarse la vida en otras latitudes. Y si en el Norte las cosas no están nada fáciles, en el Sur y el Levante el extraordinario desarrollo de la agricultura intensiva en invernaderos y la exportación de estos productos hortofrutícolas hacia todos los mercados europeos están creando, mientras Marruecos no lo impida, zonas de notable riqueza donde las cargas abundan durante las diferentes campañas de producción.

Un buen ejemplo de esta realidad es la zona almeriense de El Ejido, donde el terreno de labor se ha convertido en un verdadero “mar de plástico”. Bajo este engaño de transparencia acrílica de cientos de miles de metros cuadrados, la temperatura alcanza en ocasiones los 50º C, lo que constituye un clima ideal para el cultivo de todo tipo de hortalizas, de gran demanda en los fríos países del Norte. Cooperativas de agricultores, empresas de comercialización y exportación florecen a un lado y otro de la autovía que lleva a la capital, danto trabajo a una inmensa flota de camiones frigoríficos.

La salida de Asturias con leche para Málaga por el Puerto de Pajares estuvo acompañada por una adversa climatología donde la nieve se hizo presente.

Con la caída de sus tradicionales tráficos de productos férricos son muchos los autónomos de Asturias que buscan desesperadamente la supervivencia en las cálidas tierras andaluzas, al amparo de una fuerte demanda de camiones para las campañas de exportación. Uno de estos ejemplos de transferencia geográfica, en lo que al trabajo se refiere, es nuestro protagonista, Leopoldo Palacios Costales, Poldo, un veterano que pasa ocho meses del año cargando su camión en El Ejido hacia los países comunitarios. En nuestro afán de estar al lado de las gentes que componen este difícil y no siempre bien comprendido gremio, TRANSPORTE MUNDIAL no ha tenido reparos en compartir, aunque solo fuera durante un viaje, la cabina de nuestro amigo Poldo, para así poder sacar las pertinentes conclusiones del entorno y las condiciones en las que se desarrolla la tarea de los autónomos que en algunas ocasiones no goza del respeto del gran público. Aún resuenan en los oídos de algunos veteranos profesionales las desafortunadas declaraciones de un viejo político conservador, en el sentido de que “los camioneros son turistas pagados”. Un par de meses a bordo de un camión serían la mejor terapia para hacer cambiar su aventurada opinión.

En la cooperativa Cehorpa de El Ejido se acopian las hortalizas que más tarde partirían rumbo a Italia. 
 En las cercanías de Aguilar de Campoo la nieve se acumulaba en las cunetas estando limpio el asfalto.

5.350 Km. DE AVENTURA

Poldo, nombre coloquial por el que todo, en el mundo del transporte conoce a este profesional, es propietario de un DAF 95.380 Space Cab que con más de un millón de kilómetros es su eficaz herramienta de trabajo y que pese a sus ocho años y abultado kilometraje todavía está en plena forma. Arrastra un frigo Jumbo Fret 33 de 13,65 metros de largo sobre chasis Montenegro. Pero para esta ocasión TRANSPORTE MUNDIAL le ha reservado una pequeña pero agradable sorpresa. Con la valiosa colaboración de Daf España, que gentilmente nos ha cedido su unidad de pruebas, hemos realizado este reportaje en tiempo y condiciones reales de trabajo con un soberbio 95.500 Super Space Cab, dotado de un motor Cummins de 500 CV que lucía el color amarillo chillón de las tractoras pre-serie y que rápidamente fue apodado como “el tractor amarillo” parafraseando la canción de Zapato Veloz.

Con los bártulos de faena a bordo, hemos seguido durante doce días del mes de Febrero la azarosa trayectoria habitual de Poldo en su quehacer cotidiano. El viaje parte de Asturias con destino a Andalucía y una vez allí Poldo carga para cualquier punto de Europa, Italia en este caso. El retorno, premio no siempre fácil de conseguir y de dudosa rentabilidad por la fuerte competencia, se realizó con kiwis de Cuneo con destino a MercaBarna y Lérida. Por fin y tras doce días de agobiante labor, retornamos hacia los verdes valles astures con fruta de Lérida y Huesca. En total unos 5.350 kilómetros de infinito asfalto, que Poldo tiene que recorre semana tras semana para mantener su supervivencia como transportista autónomo, una supervivencia cada día más difícil.

POLDO: El desencanto de un veterano.

Para Poldo la gran responsabilidad de estado actual del sector recae en los propios transportistas que no hacen cuentas a la hora de aceptar los viajes.

A sus 42 años y tras veinte de oficio, Poldo, nombre de guerra de Leopoldo Palacios Costales, es un hombre que sin renunciar al cariño que siente por esta dura profesión en la que se ha forjado, parece desengañado por los avatares del transporte español, formado por hombres como él, trabajadores y duros de pelar. “No podemos seguir así, confiesa con cierto cabreo, los precios están por los suelos, tanto en nacional como en internacional y los gastos se incrementan a un ritmo insoportable. El gasoil llegará pronto a las 100 pesetas el litro y así no se puede trabajar. La solidaridad que antes existía entre la gente del transporte ha desaparecido y cada cual hace la guerra por su cuenta. Lo tenemos muy difícil.De carácter generalmente bondadoso y cordial, Poldo se ha ganado a pulso el cariño, el respeto y el aprecio de sus compañeros, aunque nos es aconsejable poner a prueba su temperamento, pues su inmensa humanidad puede reaccionar de la forma más imprevisible. “Hasta hace poco, me comenta contrariado, tenía el firme convencimiento de que la responsabilidad de nuestros problemas recaía en un 80% en la Administración y en un 20% en los transportistas. Hoy pienso que la gran culpa de lo que nos está sucediendo es de los transportistas. No se puede contratar un viaje si no se sabe el precio de lo que te cuesta rodar un kilómetro. Así no vamos a ninguna parte”.

En CLAS nuestro amigo es un cargador habitual, puesto que todas las semanas retira leche con destino a clientes de Andalucía.      
Un alto en el parking de la aduana de La Junquera siempre viene bien para estirar las piernas y tomar tomar un tonificante café que despierte el alma.

DIARIO DE UN TRANSPORTISTA

Martes día 13: Recogida la tractor Daf 95.500 de pruebas, enganchamos el frigo de Poldo y nos encaminamos a la Central Lechera Asturiana, en Granda Siero, para carga con destino a Málaga. En total 25 Tm que rayan con el PMA. Nuestro amigo es un transportista habitual en CLAS y el trato que nos dispensan es exquisito. Ningún problema para hacer nuestro trabajo.

Miércoles día 14: Iniciamos el viaje de buena mañana con la idea de descargar al día siguiente. En el Puerto de Pajares la nievo comienza a cubrir peligrosamente la carretera. Los 500 CV del Cummins empujan sin piedad y gracias a ese caudal de potencia coronamos la cumbre sin grandes dificultades. Mientras, la “pitufera” de la CB es un hervidero de preguntas sobre el funcionamiento de nuestra máquina. A las cuatro de la madrugada llegamos a Málaga. Los primeros 1.100 kilómetros ya se han cubierto.

 Jueves día 15: Descargamos a primera hora y siguiendo la N-340 llegamos a El Ejido. Lavamos el camión y nos ponemos en contacto con Eladio Moreno, gerente de la empresa Ttes. La Redonda S.L., agencia con la que Poldo trabaja desde hace tiempo. Las perspectivas no son buenas. El mal tiempo hace que los agricultores no recojan sus productos con lo que los precios se disparan y los “corredores” de hortalizas se abstienen de comprar. La espera se impone.

Viernes 16/Sábado 17: Seguimos sin “corridas” de hortalizas y lógicamente seguimos sin carga. De todas formas, la esperanza es lo último que se pierde, pero se pronostica un largo fin de semana que por obligación tuvimos que pasar a 1.200 kilómetros de casa. Eladio nos promete que el lunes cargaremos para cualquier punto de Europa y para ello, cosa de agradecer, llega a intercambiar un viaje a Perpiñán con otra agencia. El caso es no dejarnos colgados también el lunes.

Domingo día 18: El tiempo pasa lento un domingo fuera de casa. Dormimos bien la mañana y dedicamos la tarde a comer, hacer una siesta reparadora y a plantarnos delante del televisor para ver las excelencias del fútbol dominical.

Lunes día 19: El día transcurre a la espera y la gran noticia llega después de la comida. Cargaremos para Italia. Son dos repartos; Milán y Padua, pero poco importa porque el viaje se promete rentable. La carga se realiza en la cooperativa Cehorpa, donde Poldo carga habitualmente. Tras la visita a otras dos cooperativas y regular la temperatura del Carrier a 7º C nos ponemos en marcha siguiendo la N-340 hacia La Junquera. ¡¡Aleluya¡¡

Martes día 20: Tiro de volante toda la noche sin pestañear y le entrego el volante del camión a Poldo en el área de servicio del Llobregat, a la entrada de Barcelona. Ir dos conductores es ciertamente una gran ventaja a la hora de respetar el tacógrafo. A buen ritmo, pero sin pasar de los 90 Km/h llegamos a comer a Aix-en-Provence, ya en Francia. Pasamos la frontera con Italia en Ventimiglia bien entrada la noche y cenamos en el self-service de Albenga, lugar de reunión habitual de los camioneros españoles que hacen Italia. A la una de la madrugada hacemos la entrada triunfal en el Mercado Central de Milán con todos los faros encendidos.

Miércoles día 21: Descargamos la primera partida a las ocho de la mañana y sin pérdida de tiempo nos dirigimos a Padua. Por el teléfono GSM nos ponemos en contacto con los receptores que nos indican que solo descargan hasta las 11,30. No podemos perder ni un segundo. Con puntualidad británica llegamos a la hora fijada a Padua y en un cuarto de hora ya estamos vacíos. A partir de este momento el teléfono comienza a arder a la búsqueda de un retorno. La cosa no está nada fácil, pero a las dos de la tarde se hace la luz y Cofrimex, empresa importadora de frutas de Lérida nos prepara una carga de 24 toneladas de kiwis en Cuneo con destino a Barcelona y Lérida. Con la peligrosa compañía de la nieve y tras cargar, enfilamos la dura autovía A-6 que conduce desde Turín a Savona y que supone otro test perfecto para el freno motor. Empujados por las prisas de salir de la zona conflictiva, Poldo estira la jornada 10,30 horas y claro, nos quedamos sin cenar como Dios manda. Un triste “panino” con una Coca Cola, seguidos del típico cappuccino, son el único refrigerio de la noche.

Jueves día 22: Otra vez el asfalto y la noche son los mudos testigos de cómo se ganan la vida estos solitarios de la ruta. Rendidos por el cansancio hacemos unas horas de descanso en la litera pasado Nimes. El sol nos despierta a las once y retomamos la ruta. Al paso por Beziers el fuerte viento lateral hace extremar la prudencia. MercaBarna cinco de la tarde. Descargamos seis palets de kiwi y por la vieja N-II enfilamos hacia Lérida. Parada y fonda en el Hostal Bellpuig, antiguo lugar de reunión de conductores y ahora poco frecuentado por la entrada en servicio de la circunvalación. Ducha, cena y cama reparadoras que nos vuelven a poner en forma.

Viernes día 23: Hay que madrugar para descargar el resto y cargar fruta para Asturias. Todo va sobre ruedas y para el mediodía ya hemos descargado y realizado tres recogidas. Por la tarde completamos en cuatro o cinco sitios más finiquitando el trámite a las nueve. Casi no puedo creer que llevemos once días fuera de casa. Han pasado como un suspiro.

El retorno con kiwis de Cuneo (Italia) también se vió obstaculizado por la nieve. Hubo que extremar la prudencia.
Una vez en Gijón, entregamos la fruta de Lérida en el cliente, Frutas Feito y Gallo, dando fin al viaje.

Sábado día 24: Nos levantamos tarde puesto que no hay prisa. A las nueve desayunamos como Dios manda y tomamos la ruta del Norte. Poldo decide retornar a casa por la ruta Burgos-Aguilar de Campoo-Pto. del Pozazal-Torrelavega-Asturias. Es una ruta poco frecuentada pero su perfecto estado acorta el kilometraje y ahorra el costoso peaje de la autopista de Altube. Las nevadas todavía tienen bloqueados a muchos camiones. En el Pto del Pozazal el espesor de la nieve alcanza casi el metro en las cunetas y en los aparcamientos algunos colegas tienen sus máquinas cubiertas por la nieve. En una soleada y agradable tarde vamos llegando a casa y cuando más felices nos las prometíamos, llegan nuestros amigos “los puntitos verdes” de San Vicente de la Barquera para redondear nuestras desgracias con un par de denuncias burocráticas. A las diez de la noche rendimos viaje en el Centro de Transportes de Gijón. Me siento a gusto por el trabajo realizado, pero también pienso en Poldo que tiene que volver a la carga la semana siguiente.

ALBERTO PUERTA

Artículos similares

7 comentarios en «“IN MEMORIAM” DE POLDO….LA LUCHA POR LA SUPERVIVENCIA»

  1. Precioso reportaje y bonito homenaje a Poldo.
    Leyéndolo,te hace ver lo dura que es esta profesión donde está claro que es de vocación que de obligación.como bien comentas al acabar el reportaje, para ti que acompañaste a Poldo,es el final del viaje.Para el,es un viaje más de los muchos que le quedaban durante esos largos ocho meses y durante varios años más.
    D.E.P

    1. Muchas gracias por tu comentario Luis… como viste tenía muy claro que las cosas no marchaban bien… y eso en 1996. Saludos

    2. Llegando vosotros a la DAF y engancharlo yo para llevar leche a Sevilla y retornar con fresa.
      Tremenda máquina.
      Días y viajes que no se olvidan.
      Descansa en paz Poldo.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *